Checklist para contratar una cuidadora sin meter la pata
¿Sabes cuántas familias contratan a la primera persona que se les cruza y luego se arrepienten? Demasiadas. Por eso hemos preparado esta checklist clara y directa para que tomes decisiones con cabeza… y corazón.
1. Antes de contratar: define el terreno
- ¿Qué necesita exactamente mi familiar? (movilidad, compañía, higiene, alimentación, estimulación...)
- ¿Qué tipo de apoyo necesito: emocional, físico o ambos?
- ¿Qué horarios y días tengo que cubrir?
- ¿Prefiero una cuidadora interna, externa o por horas?
- ¿Qué nivel de implicación espero realmente?
2. Durante la selección: sin filtros no hay acierto
- ¿Tiene experiencia demostrable con mayores o dependientes?
- ¿Cómo gestiona el estrés o una urgencia?
- ¿Sabe cuidar... o solo “ha cuidado”?
- ¿Tiene referencias reales? ¿Las he llamado?
- ¿Qué dice su actitud, su forma de hablar, su mirada?
3. Entrevista: no es solo el CV, es el feeling
- ¿He conocido a la persona? ¿He escuchado cómo se expresa?
- ¿Mi familiar se ha sentido cómodo/a? ¿Han hablado?
- ¿Hay respeto mutuo? ¿Hay conexión o fricción?
- ¿Me da tranquilidad o me deja dudas?
4. Antes de cerrar el trato: por escrito o nada
- ¿Está claro qué tareas va a realizar?
- ¿Hemos definido sustituciones, horarios, descansos?
- ¿Hay seguimiento semanal incluido?
- ¿Existe una cláusula de salida o cambio?
Una cuidadora no es una empleada cualquiera. Es quien va a compartir la vida con tu familiar. Merece que lo pienses bien.
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